La propuesta de retirada de la Ley del Aborto en Castilla La Mancha, que el juez del Olmo determine que “zorra” no es un insulto ni “vas a acabar en una caja de pino” una amenaza machista, que 150 mujeres hayan denunciado conjuntamente a su empresa por vejarlas y obligarlas a llevar un cartelito cuando quieran ir al aseo (no así con sus compañeros masculinos)… Estos son algunos ejemplos de lo que sucede estos días, por no ahondar en el incremento de los asesinatos machistas durante las últimas semanas, tema del cual podría estar horas hablando… ¿Qué está pasando?
Francamente me asusta ver como los derechos de las mujeres (los pocos que se han logrado) se pisotean un día tras otro y pocas son las voces condenatorias que se oyen desde quienes, desde su púlpito y estatus, afirman trabajar por y para el pueblo. ¿Acaso las mujeres no formamos parte de ese “pueblo”? Me apena presenciar una recesión a pasos agigantados en materia de igualdad en lo que es “la cruda realidad” de las trabajadoras. Está muy bien hacer leyes que protejan a las mujeres ante los ataques de los osos (y algunas osas) cavernari@s pero… ¿para qué sirven si nadie se molesta en vigilar que éstas sean aplicadas?
El último ejemplo, el más reciente, me ha dejado indignada y perpleja y, sin embargo, no es un caso aislado. Es notable en envergadura porque son muchas las trabajadoras humilladas y terribles las formas. Pero, haciendo memoria, no recuerdo haber estado en un solo trabajo en el que las actitudes machistas no hayan florecido por doquier, entre compañeros y jefes, y, tragándome el orgullo, haya tenido que reír “chistes” machistas provenientes de algún jefe porque si no “es que todo me lo tomo demasiado en serio”. Pues no señor@s, no es que me lo tome yo en serio o me lo deje de tomar, es que o tod@s damos la importancia que merece a estos “pequeños detalles” o acabarán convenciéndonos de que portar un cartelito con la palabra “aseo” cada vez que queramos ir a mear es muy gracioso y, además, nos sienta muy bien y estiliza.
Os dejo un link a la noticia para que podáis indignaros un poco con ella.
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