4 sept 2011

Historia de las pegatinas desaparecidas

Érase una vez una indignada que, junto a otros muchos ciudadanos indignados, decidieron en una asamblea llenar sus ciudades con el mensaje "El pueblo es soberano". Era la forma pacífica en la que estas personas querían hacer llegar a sus conciudadanos el mensaje de que la reforma constitucional  que el Gobierno estaba planeando era ilegal y no contaba con el apoyo popular. La indignada, contenta por poder ayudar a hacer llegar este mensaje democrático, dibujó a mano unas cuantas pegatinas y, contenta, las pegó en algunas de las farolas de su pueblo... No hacía daño a nadie, nadie quitaría una pegatina en la que lo único que pone es que el pueblo es soberano. Pues estaba equivocada. Ni  cuatro días duraron. Las pegatinas fueron arrancadas, muchas hechas pelotas de papel y tiradas al suelo... Así se las encontró la indignada. ¿A quién puede molestarle ese mensaje? - se preguntó- . Y luego pensó que el final de esas pegatinas era un presagio de lo que sería el  final de una democracia que acabaría espachurrada, tirada al suelo y pisoteada. Y eso, aunque parezca tan lejano, pasó antesdeayer. 


Os dejo una fotografía de esas provocadoras e incendiarias pegatinas:





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